Cifras económicas de la primera mitad del siglo XX catalogan a la mayor de las Antillas como uno de los países más desarrollados de América Latina. Hoy conoceremos algunos vestigios de ese período de esplendor económico. Síguenos en Tus Noticias Cuba para conocer más detalles sobre el tema.
Se trata de cadena de supermercados de ventas al detalle de víveres, vinos, licores, frutas y vegetales. Su oficina central estaba en calle 23 No. 162, y contaba con 11 establecimientos en La Habana ubicados en 5ta Ave y 2 Miramar (Kasalta); 5ta Ave y 94 Miramar; Neptuno y Lealtad Centro Habana; Edificio Focsa; Vía Blanca y Tarará; 26 y 41 en Nuevo Vedado; 5ta ave y Náutico, reparto Biltmore; Ave 23 y 222-A La Coronela; 42 y 13 Almendares; y los repartos: Fontanar, Altahabana, Casino Deportivo y Sierra Maestra en Boyeros, y en San Miguel del Padrón.
Era propiedad de David Brandon, su presidente, y otros socios como Emmet H. Hymann, presidente de la Junta. Brandom, de origen judío y ciudadano panameño, era también propietario desde 1957 de “Supermercados Ekloh, S.A” y de “Textilería San José”.
Su slogan era “Mínimos precios, máxima calidad”. Brandon se estaba convirtiendo en el principal empresario en el comercio de víveres al detalle, que probablemente con el tiempo hubiese desplazado al tradicional sistema de bodegas controlados por gallegos y asturianos desde el siglo XIX.
Ekloh contaba con unidades en 41 y 42 en Miramar y en 17 y K en el Vedado. David Brandon, era el presidente y propietario de la cadena de Supermercados Ekloh, S.A. y también era dueño de Minimax Supermercados S.A., la principal cadena de ventas al detalle que hubo en La Habana antes de 1959, con un almacén y once supermercados.
Ekloh era similar a los groceries norteamericanos, al estilo de los actuales Walmart, Publix, Sedano, Liverpool, Soriana, HEB o cualquier otra tienda por departamentos o supermercados.
Se ofertaba una gran variedad de productos, desde abarrotes, productos frescos en frutas, verduras carne, pescado, mariscos, lácteos, alimentos importados, conservas…
El Encanto se consolidó como modelo de Gran Almacén en la década de los ’50 del pasado siglo, contando con un edificio de seis pisos y 65 departamentos de compras diferentes en la capital y consiguiendo una expansión significativa hacia el resto de las provincias de la geografía cubana.
En 1952, la marca de ropa y complementos Dior, afincada en París concretó un contrato de distribución con el cada vez más exclusivo establecimiento comercial habanero, lo que condujo a que varios artistas famosos de Hollywood tales como John Wayne, María Félix, César Romero y Tyrone Power, gustaran de visitar el lujoso lugar.
Su gerente, el asturiano “Don Cesáreo” César Rodríguez González, fue además el primer presidente de El Corte Inglés una vez retornado a la Madre Patria y fundador de los capitalinos Almacenes Ultra.
Los Ten Cents eran comercios minoristas filiales de la matriz norteamericana F. W. Woolworth Company, y su éxito rotundo se basó en la venta mercancía a 5 y 10 centavos. Su truco: comprar los productos directamente a los fabricantes.
Desde bisutería para damas hasta artículos para baño ó cocina, lápices, cuadernos, encajes, quincallería….casi todo podía encontrarse allí. Y en sus últimos años agregaron fuentes de soda, con galletitas y bocaditos, que también eran muy populares, sobre todo entre la juventud.
La citada compañía llegó a abrir 10 tiendas de este tipo, de las cuales cinco se encontraban en La Habana y las restantes en el interior del país.
El de Galiano, por ejemplo, fue inaugurado en 1924, y su estructura, basada en la variedad de servicios en los que se incluían cafeterías, peluquerías, y atracciones infantiles, constituía la última novedad en materia de tiendas departamentales por aquellos años.
No se trata de grandes centros comerciales sino de bodegas de barrio. Se distinguían por la abundancia y variedad en los productos que ofertaban, algunos de ellos importados. Además contaban con precios asequibles. Muchas de ellas, administradas por inmigrantes asiáticos y españoles.