La Fundación Cintas publicó en su sitio de internet que su Programa de Becas en lo adelante otorgará becas a cubanos y descendientes de cubanos, “ya bien vivan en Cuba o fuera de Cuba”, en cumplimiento con los deseos de su fundador, Oscar B. Cintas.

La decisión ha generado controversia en la diáspora, y las reacciones opuestas a esa decisión no se hicieron esperar.

Jesús Rosado, historiador de arte y curador, residente en Miami, se retiró de un proyecto de la fundación que estaba curando, y el escritor y artista plástico Juan Abreu, residente en Barcelona, ganador de la beca en 1993, renunció a su título.

Rosado, que estaba curando un proyecto de exhibición de la Colección Cintas en el American Museum of the Cuban Diáspora, publicó una carta abierta en el blog TuMiamiblog donde manifestó su “total desacuerdo con el cambio de la agenda histórica de la Fundación Cintas” y anunciando que se retiraba “rotundamente del proyecto”.

Abreu, galardonado con la Oscar B. Cintas Fellowship for Painting en su edición 1993-94, dijo en una carta abierta a la Fundación Cintas que renunciaba al título de ganador “ante este acto de politiquería, oportunismo, complicidad, cambio de ideología”.

La Fundación Cintas, con sede en Nueva York y nacida en 1963, ha premiado hasta ahora únicamente a las manifestaciones artísticas y literarias cubanas producidas por autores no residentes en Cuba, es decir, del exilio.

Hasta su convocatoria de 2013-2014, la fundación entregó 322 premios repartidos entre185 artistas visuales, 21 arquitectos, 81 escritores, 24 compositores de música, y 11 ganadores de los premios a toda su trayectoria, proyectando, como he dicho en otro momento, una pléyade de literatos, artistas, arquitectos, músicos, etc., que luego tuvieron una gran trayectoria, muchos incluso excepcionales, en sus respectivos campos.

Estos premios dieron visibilidad a la creación (sobre todo en los Estados Unidos), y cultivaron presencias que arroparon aquel embrión del exilio convertido, cincuenta años después, en una pujante sociedad y cultura cubana “fuera” de las fronteras nacionales de Cuba. En este sentido, se podría decir que la Fundación Cintas no solo ha dado aliento, sino que también ha condimentado el caldo de cultivo y ha acompañado la cocción, de este nuevo “emporio” social y cultural cubano.

No es de extrañar que las reacciones por este cambio que afecta esencialmente las bases de la agenda histórica de la Fundación Cintas, haya pillado por sorpresa a muchos de sus premiados.

Por otra parte el del artista Elio Rodriguez, residente en Valencia, España comenta sobre la decisión de la Fundación Cintas: “Me parece bien esa decisión. Creo que el arte no debe tener ‘apellidos’. Que Cintas trabaje con artistas cubanos, no importa donde residan, que sea el talento el ingrediente más importante a la hora de evaluar una propuesta”.

Sobre esta polémica decisión de Cintas, Ángela Valella, artista residente en Miami y premiada en la edición 2013-2014 en el apartado de artes visuales dijo que “en un sistema binario de sí o no, de inclusión o exclusión es el problema del Troley en psicología. El problema es demasiado complejo para tener una opción sana. La Cintas es un galardón para los artistas que practican el arte, todo lo demás es mercado”.