En estos días calurosos de verano, no hay nada como un coctel refrescante para aliviar la temperatura corporal. Aquí tienes algunos Trucos para lograr un mejor daiquirí cubano.
Primero hagamos un poco de historia.
Los inicios del daiquirí arrancan en el siglo 19, en las minas y la playa de Daiquirí, en Santiago de Cuba, al extremo oriental de la isla. Allí Jennings Cox, un estadounidense que laboraba en la zona, se quedó sin opciones de bebidas para sus invitados y se le ocurrió mezclar lo que tenía: ron blanco, azúcar y limón.
Su mezcla causó sensación y fue adoptada en barres alrededor de Cuba, pero en esa época no existían ni el hielo ni la batidora, por lo que el coctel distaba de ser lo refrescante que es hoy. En ese entonces, lo que lograba era quitarle el fuerte sabor al ron local.
Fue el español Constantino Ribalaigua Vert, alias “Constante”, quien adquirió el Floridita a principios del siglo 20, el que le puso el toque maestro, al añadir hielo picado, unas gotas de licor marrasquino y pasarlo por la batidora.
Así como Constante fue quien le dio la receta final, el escritor Ernest Hemingway fue quien lo hizo célebre a nivel global. A Hemingway se le atribuye la frase “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en el Floridita”, al referirse a que su mojito cubano se lo tomaba en La Bodeguita del Medio, otro famoso establecimiento cubano, y el daiquirí en el Floridita.
Bien, dados los datos históricos, entremos en materia. La receta del daiquirí es la siguiente:
1 cucharada de azúcar
1/4 onza de jugo de limón
1.5 onzas de ron blanco
5 gotas de licor marrasquino
4 onzas de hielo molido
Instrucciones: Poner todos los ingredientes y batir en la licuadora sin que se haga totalmente líquido. Servir en copa de coctel. Se puede añadir algún sirope o pulpa de frutas para crear versiones frutales.
Eso es lo básico, pero los señores expertos del Floridita nos cuentan lo siguiente: