Nicolás Maduro esquivó el bloqueo de Estados Unidos y pudo cumplir con el régimen de La Habana.
El sábado atracó en el puerto de Cienfuegos el tanquero venezolano Manuela Sáenz. Un barco de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) con capacidad para 47.144 toneladas, según el registro de Marine Traffic y C4ADS.org, portales que suministran información en tiempo real sobre los barcos que navegan por el mundo.
De acuerdo con los registros, el Manuela Sáenz estaba el 29 de agosto en el Complejo Petroquímico General de División José Antonio Anzoátegui, en el estado venezolano de Anzoátegui. El 3 de septiembre se movió hasta la refinería de Amuay, en el estado Falcón. De ahí partió a Cuba, donde arribó el día 14.
Concretamente, el carguero es propiedad de Venfleet Products y lo opera la filial de PDVSA, PDV Marina S.A., precisa el Diario de Cuba. En el pasado, este barco fue reparado por los cubanos en uno de los contratos que mantenía con el chavismo.
En mayo de 2019 este barco fue noticia. Según el portal Infobae, funcionarios del servicio de inteligencia de Maduro, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), intimidaron a la tripulación del Manuela Sáenz para que trasportara un cargamento de crudo a Cuba.
Sobre el arribo del Manuela Saénz a Cuba también llama la atención que ninguno de los medios oficialistas lo haya reseñado. Ni el diario Granma, ni la agencia Prensa Latina, ni el portal Juventud Rebelde, informaron sobre el atraco del barco de Maduro. Son estos mismos medios los que como Díaz-Canel, prefieren usar la palabra “coyuntura” en vez de “crisis” para referirse a la situación de ese país, con apagones constantes, escasez de diésel y caos ciudadano por el mal funcionamiento del transporte