Excursiones que no te puedes perder desde La Habana

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Excursiones que no te puedes perder desde La Habana

VALLE DE VIÑALES

Menos de tres horas en coche son necesarias para llegar al valle de Viñales desde La Habana, pero la excursión merece la pena porque el paisaje de este entorno protegido por la Unesco es único, característico por esas gigantescas y redondeadas colinas llamadas mogotes repletos de majestuosas palmas.

La zona también es famosa por su excelente tabaco, que es cultivado, cosechado, secado y procesado en una tierra fértil. Puedes comprobarlo en algunas granjas y aldeas, que abren al público para dar a conocer esta vieja tradición. Hay también varios miradores espectaculares, como el de los Jazmines, y cavidades, como la Cueva del Indio, en la que uno se puede adentrar en bote por el río que la recorre.

Distancia desde La Habana: 183 kilómetros (2 horas y media).

EL MURAL DE LA PREHISTORIA

En la provincia de Pinar del Río, la atracción más famosa de la sierra de Viñales es este mural que pasa por ser uno de los mayores frescos a cielo abierto del mundo. Una obra de 120 metros de altura y 160 de ancho pintado sobre un mogote que muestra una visual teoría de la evolución. Su autor, Leovigildo González Murillo, discípulo del mexicano Diego Rivera, lo pintó en 1961 con la ayuda de un equipo de casi 20 personas que trabajaron durante cuatro años en este mágico rincón. Una vez en Viñales, los aficionados a la espeleología no deben perderse la Gran Caverna de Santo Tomás, en Moncada.

Distancia desde La Habana: 190 kilómetros (2 horas y media).

MATANZAS, LA OTRA MONTSERRAT Y UNA FARMACIA HISTÓRICA

Por la Vía Blanca, el tramo costero que transcurre por el norte de la isla se llega a Matanzas, la Atenas de Cuba, que presume de raíces españolas y de la farmacia mejor conservada de América. Su ermita de Monserrate, una joya de la arquitectura colonial cubana, fue construida por los adinerados colonos catalanes en 1875 y visitada por el mismo Federico García Lorca. La imagen de la Virgen de Monserrat es venerada cada 8 de diciembre en la fiesta de la Colla, en la que los peregrinos suben hasta su entrada con trajes típicos regionales para honrar a la patrona de Cataluña. Desde lo más alto de la ermita se divisa toda la ciudad de Matanzas y una bonita panorámica de los palmerales del valle del Yumirí.

Pero en Matanzas y en la plaza de Armas también hay otro lugar de interés, y es la botica que abrió Ernesto Triolet Lelievre el 1 de enero de 1881. En el interior de este edificio neoclásico hay decenas de frascos de porcelana policromada, alambiques, instrumentos, etiquetas, vasijas, probetas y, lo más impresionante, más de 325.000 recetas de productos de la farmacia española, francesa, norteamericana y cubana, contenidas en 55 gruesos volúmenes. La botica permaneció abierta al público hasta 1964.

Distancia desde La Habana: 105 kilómetros (1 hora y media).

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