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Cuba frena el sector privado. ¿Quiénes serán los afectados?

Cuba frena sector privado

El gobierno de Raúl Castro ha ido contra su propio lema, “sin prisa, pero sin pausa”, y ha decidido no otorgar nuevos permisos para ejercer algunas de las ocupaciones más lucrativas en el sector privado de la isla, así que Cuba frena el sector privado.

La medida, anunciada este martes en la Gaceta Oficial, tendrá no solo consecuencias negativas para los llamados cuentapropistas, sino también para el resto de la economía cubana y su habilidad de atraer inversión extranjera, alertan expertos.

Según la resolución del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, no se otorgarán nuevas licencias para abrir paladares y cafeterías, ni para el alquiler de habitaciones a turistas. Otras actividades “congeladas” incluyen la reparación de viviendas y equipos electrónicos, así como la programación de aplicaciones para móviles y sitios digitales. Tampoco podrán presentarse solicitudes para dar clases de música, repasar a estudiantes o incluso trabajar como herrero.

La medida, indica la resolución, sería temporal, “hasta que concluya el perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia”, sin dar fechas. Quienes ya tienen licencias podrán seguir trabajando en sus negocios.

Marta Elena Feitó Cabrera, viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social, dijo al periódico oficial Granma que las decisiones adoptadas “no constituyen un retroceso en el desarrollo de la actividad; con ellas se pretende consolidar la organización y el control del trabajo por cuenta propia, de manera tal que este continúe avanzando de manera ordenada y eficiente”.

 La funcionaria citó la utilización de insumos y materiales “de procedencia ilícita”, la evasión de impuestos e “insuficiencias en el control”, como justificación de la paralización de los permisos. También anunció la futura “unificación de un grupo de actividades y el reconocimiento de otras”, así como nuevos impuestos a la contratación de trabajadores. También dijo que se no otorgarán más licencias “de forma definitiva” para ejercer varias ocupaciones relacionadas con la venta de productos agrícolas.

El anuncio sobre el freno al sector privado llega cuando se esperaba justo lo contrario. “Muchos en estas mismas ocupaciones habían anticipado una expansión de derechos” –sobre todo el otorgamiento de personalidad jurídica a las pequeñas y medianas empresas– “no un congelamiento en su crecimiento, tamaño y participación en la moribunda economía cubana”, señaló Ted Henken, sociólogo y coautor del libro Cuba empresarial: un contexto de políticas cambiantes.

Pese a que aspectos como la posibilidad de obtener una licencia general para ofrecer servicios en salones de belleza es “positiva”, el laureado economista Carmelo Mesa Lago dijo que las medidas le parecían “inconsistentes” y que “no tenían sentido”.

las consecuencias de las medidas

Los primeros afectados serán los cuentapropistas y aquellos que querían abrir nuevos negocios. Los negocios ya existentes probablemente pagarán más impuestos y la paralización de los permisos frenará el crecimiento de ese sector.

“Anticipo que veremos un decrecimiento en el número de cuentapropistas durante el año venidero, ya que se congelan nuevas licencias en los sectores más activos y grandes, y que va a haber despidos de trabajadores contratados debido al nuevo impuesto”, comentó Henken.

El alza de los impuestos probablemente traerá consigo un aumento de los precios de los servicios que provee el sector privado, sobre todo cuando sigue sin resolverse el acceso al mercado mayorista. También es probable el alza de los productos agrícolas en los mercados.

Uno de los aspectos más criticados por Mesa Lago es el anuncio de un aumento de los impuestos a la fuerza de trabajo. “A mayor número de trabajadores tienes que pagar más. El gobierno está tratando de sacar la mayor cantidad de tributo posible sin darse cuenta que eso desestimula la creación de nuevos empleos”, comentó.

Asimismo criticó el anuncio de un experimento para crear cooperativas en el sector del transporte con precios bajísimos y topados. El artículo de Granma también sugiere que podrían venir más limitaciones en cuanto al radio en el que puede operar el transporte privado, lo que perjudicaría a la población.

Pero la determinación de no continuar expandiendo los negocios privados podría ir también contra los intereses del propio gobierno, cuyos diplomáticos han estado promoviendo por todo el mundo una cartera de inversiones para captar la muy necesitada inversión extranjera.

“Con una economía en recesión y las futuras dificultades que se avecinan dada la agudización de la crisis venezolana, la nueva medida emitida por el gobierno genera un manto de incertidumbre muy fuerte a los inversionistas que aún miran con justificada desconfianza el mercado cubano como destino de inversión”, opinó Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group.

Esa incertidumbre ya aumentó tras la victoria electoral de Donald Trump y el endurecimiento de la retórica hacia Cuba. Su administración actualmente está diseñando nuevas regulaciones para asegurarse de que los estadounidenses no se hospeden en hoteles manejados por los militares y viajen a la isla por motivos legítimos y no para hacer turismo.

“La nueva reglamentación, junto a la percepción de que el gobierno de Castro es hostil al sector privado y a la esperada contracción económica, dará lugar a un cambio de enfoque de los ejecutivos de las empresas de Estados Unidos”, quienes hasta ahora habían expresado gran interés en hacer negocios, señaló John Kavulich, presidente del U.S.-Cuba Trade and Economic Council.

Pero aunque el gobierno cubano parece confiado en que las medidas no afectarán el número de turistas que llega a la isla, habría que esperar a ver las nuevas regulaciones de EEUU, añadió. “Si hay menos opciones del sector privado, los viajeros deberán aceptar (y soportar debido a la falta de calidad) las entidades administradas por el gobierno, lo que significa más ingresos para el gobierno de Cuba”, dijo Kavulich.

El gobierno de EEUU “podría decidir incluir a más entidades en la lista de entidades prohibidas como un medio para desafiar y forzar al gobierno de Castro a permitir una mayor actividad en el sector privado”, agregó.

Desde el punto de vista económico, coincidieron los entrevistados por el Nuevo Herald, las nuevas medidas desafían la lógica económica.

“Es un ejercicio estéril que lejos de ayudar a la economía a salir de su limbo improductivo la empantana aún más en su fracasada estrategia de economía centralizada”, opinó Morales.

Fuente: Nuevo Herald

 

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