El cubano es un ser capaz de bromear con sus propias penas, pero asume con seriedad el hecho de hacer humor. Hoy conoceremos algunos chistes de cubanos. Síguenos en Tus Noticias Cuba para conocer más detalles.
– Qué pasaría si el mundo, en lugar de ser una esfera, fuera un cubo?
– ….
– Pues que todos seríamos cubanos.
Pregunta una maestra de música de La Habana:
¿Qué es un cuarteto?
Un alumno le responde:
La sinfónica de La Habana, después de una gira por Europa.
En Cuba:
– Al autobús le dicen aspirina… una cada cuatro horas.
– El bistec se llama Jesucristo… se habla de él, pero nadie lo ha visto.
– Al refrigerador le dicen coco… porque adentro sólo tiene agua.
Un español, un francés y un cubano coinciden en el museo del Prado, Madrid, mientras apreciaban una pintura en la que aparecían “Adán y Eva”. De pronto, el español dice: - Adán y Eva, sin dudas, eran españoles, mirad cuánta sutileza albergan en sus rostros, solo un español de pura cepa sostiene tal mirada. Rápidamente el francés se apura a contradecir el comentario anterior: - Adán y Eva eran franceses, solo hay que sentir esa pasión con que se ven, ese amor que solo un francés es capaz de transmitir. El cubano ríe, observa el cuadro y exclama: evidentemente Adán y Eva eran cubanos y les voy a explicar por qué: - No tienen ropas, andan sin zapatos, deben compartir una manzana, no tienen casa y aún así, piensan que están en el paraíso.
Una señora se va sin su esposo a un Congreso a Cuba.
Cuando llega al hotel de La Habana encuentra en su habitación a un negro de dos metros y desnudo, con unos atributos que quitan el sentido.
Hacen el amor una y otra vez hasta que amanece… ella le pregunta:
– Mi amor ¿cómo te llamas?
-No te lo pienso decir porque te reirías –contesta él-.
Y así, durante toda la semana, hasta que llega el día de regreso al pueblo, en España.
El «cubanito» la acompaña al aeropuerto. Y una vez más, antes de despedirse,le pregunta:
– Por favor, no me dejes ir así, dime cómo te llamas.
– Prométeme que no te vas a reír –le dice- … Me llamo Nieve.
La señora suelta una gran carcajada…
El cubano le dice:
– Ves como te reíste…
Y responde la señora:
– No me he reído de tu nombre, sino de la cara que va a poner mi marido cuando le diga que estuve una semana en Cuba con 35 centímetros de nieve.