Viengsay Valdés, alumna y posible heredera de la icónica bailarina, Alicia Alonso, asegura que se encuentra prepara para dirigir al Ballet Nacional de Cuba.

En enero pasado fue designada como subdirectora del BNC, lo cual era esperado por la comunidad artística, lo que la ha puesto a la cabeza de la lista de posibles candidatos para sustituir a Alonso, quien podría abandonar su puesto como directora general del Ballet, debido a su frágil salud.

“Nunca dejaré de admirar la pasión que ella (Alonso) tiene por la danza, desde su forma de expresarse cuando explicaba una emoción o un sentimiento de un personaje. […] Pienso continuar sus pasos pues pretendo transmitir esos conocimientos que adquirí de ella (y otros maestros) a las nuevas generaciones”, explicó.

También admitió que su nuevo cargo es todo un “reto, en el sentido de la expectativa y el interés”.

Viengsay Valdés comenzó sus estudios en la Escuela Nacional de Ballet; desde entonces ha logrado interpretar algunos de los roles más deseados por todas las bailarinas, en los escenarios más importante del mundo.

Pese al asma que sufría desde niña, así como las recomendaciones de los médicos para dedicarse a una profesión con menos demandas físicas, no impidieron que se convirtiera en Primera Bailarina. La cubana fue pupila de personalidades como Ramona de Saá y Mirtha Hermida hasta 1994, cuando entró al Ballet Nacional, a los 17 años.

A los 18 años, ya había sido promovida a bailarina principal, y primera bailarina en 2001, gracias a lo que ha protagonizado los ballets clásicos como “El lago de los cisnes”, “Don Quijote”, “Giselle” y “Cascanueces”.

La cubana se ha destacado por su técnica impecable y su expresividad artística, por lo que ha sido reconocida internacional. Su interpretación de  “Kitri”, en Don Quijote, es considerada una de sus mejores actuaciones, y la colocó como una de las mejores 100 bailarinas del mundo en la temporada 2010-2011 por la revista Dance Europe.

Aunque tenía el reconocimiento de las compañías más grandes del mundo, Valdés eligió seguir en el BNC.

“Aquí tengo mi vida, mi familia, mi compañía y mi país”.

Respecto a su nuevo cargo, y como este no le ha impedido tener una presencia activa en los escenarios, dijo, “es difícil, pero no imposible. De hecho, grandes directoras de compañías de ballet como la Ópera de París y el English National Ballet siguen bailando y dirigen”.

El siguiente reto de la ahora subdirectora, se presentará con el “Lago de los cisnes” en una gira de dos meses por España. Se trata del primer viaje internacional de la compañía ahora que está a su cargo.

“Los bailarines son testigos de mi trabajo diario como bailarina, mi entrega en los salones y luego mi nivel de exigencia. Puedo prometerles disciplina, transparencia, versatilidad y oportunidades”, aseguró.

La bailarina ha destacado que planea varios cambios dentro de la compañía, así como reorganizar las prioridades de la misma, entre las que se incluyen el “mejorar la organización del trabajo y sus condiciones, promover el mérito y estimular a los jóvenes y a todos los que tengan deseos de trabajar”.