Las olimpiadas constituyen el acontecimiento culinario de más alto nivel técnico internacional.
Estas citas ocurren cada cuatro años, organizadas por la Asociación Mundial de Sociedades de Cocineros (AMSC) antes de la fecha fijada para la celebración del congreso de esta organización. En estos eventos participan los mejores chefs del mundo.
Cada jornada resulta un duro bregar en el cual los países desarrollados despliegan un derroche de riquezas en vajillas, materias primas alimenticias y utensilios para hacer sus preparaciones culinarias, lo cual, sin dudas, constituye una limitante para países como Cuba.
De ahí que la Olimpiada de 1984 resultara la primera participación de este nivel para Cuba. No obstante, los representantes locales compitieron contra la opulencia, proporcionando una gran victoria a la cocina y también a la cultura nacional, insiste la nota.
El equipo olímpico ganador de la Medalla de Oro estaba encabezado por el maestro y fundador de la Asociación Culinaria de la República de Cuba, Gilberto Smith, acompañado de los chefs José Luis Santana, Zoilo Benavides, Ramón Rodríguez y Luis García.
Concluye el comunicado al referir que el arte y la profesionalidad cubana resultaron premiados por primera vez al más alto nivel mundial, razón por la que la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba acordó instituir el 18 de octubre como el de la Cocina Cubana.