El documento emitido este 4 de noviembre por la Casa Blanca paraliza una parte importante del intercambio entre Cuba y EEUU, iniciado con el deshielo de las relaciones en 2014 durante la administración del expresidente Barack Obama.
De acuerdo con el memorando firmado por el actual mandatario Donald Trump, «EEUU no proporcionará asistencia no humanitaria ni relacionada con el comercio, ni permitirá que los funcionarios o empleados de los Gobiernos de Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Siria y Rusia participen en programas de intercambio educativo y cultural para el año fiscal 2020».
Sin embargo, esto no impedirá que los Gobiernos locales y estatales continúen contratando a artistas cubanos o financiando diversos tipos de intercambio cultural y educativo con la isla. Tampoco tiene efecto sobre empresarios privados que pueden seguir llevando músicos que residen en Cuba a EEUU para conciertos.
Según explicó López- Levy, la directiva presidencial tiene como blanco una gran cantidad de instituciones, por lo general privadas o que reciben un importante financiamiento del Congreso para actividades filantrópicas de promoción cultural, como por ejemplo la National Endowment for the Humanities (NEH) o las mismas universidades a las que se otorga parte de esos fondos federales.
Para López-Levy, EEUU tiene muchas otras prioridades para dedicar esfuerzos y presupuesto antes que golpear «algo tan inocente y no partidista como es el intercambio cultural y educacional con Cuba», lo que a su juicio contrasta con las políticas que EEUU desarrolló con la antigua URSS basadas también en este tipo de intercambio.
Pero el objetivo es claro: «el Consejo de Seguridad Nacional se ha centrado en Cuba por el interés que tiene en transmitir señales al electorado de extrema derecha en Miami y por apostar su última carta», aseguró el politólogo.